La Comisión Europea, decidida a atenuar la crisis provocada por la pandemia mundial, creó como una de sus respuestas más amplias el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) que tiene por objeto mitigar el impacto económico y social de la crisis del coronavirus y hacer que las economías y sociedades europeas sean más sostenibles y resilientes, y estén mejor preparadas para los retos y las oportunidades de la doble transición necesaria: la ecológica y la digital.
El Mecanismo es un instrumento de recuperación temporal. Permite a la Comisión movilizar fondos para ayudar a los Estados miembros a aplicar reformas e inversiones que estén en consonancia con las prioridades de la UE. A tal fin, pone a disposición 723.800 millones de euros en forma de préstamos (385.800 millones) y de subvenciones (338.000 millones).
La Unión Europea quiere con este Mecanismo, alcanzar su objetivo de neutralidad climática de aquí a 2050 y lograr que Europa esté en el camino de la transición digital, creando empleo y estimulando el crecimiento a la vez.
El Mecanismo está estructurado en torno a seis pilares: transición ecológica; transformación digital; cohesión económica, productividad y competitividad; cohesión social y territorial; resiliencia sanitaria, económica, social e institucional; políticas para la próxima generación.
Cómo funciona el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia El MRR entró en vigor en 2021. Financia las reformas e inversiones en los Estados miembros desde el inicio de la pandemia, en febrero de 2020, hasta el 31 de diciembre de 2026.
Para poder beneficiarse del apoyo del Mecanismo, los Estados miembros han de presentar sus planes de recuperación y resiliencia a la Comisión Europea. Cada plan establece las reformas y las inversiones que se ejecutarán antes del fin de 2026.
El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia se basa en el rendimiento. El cumplimiento de los hitos y objetivos de las reformas y las inversiones según lo acordado en los planes activa el desbloqueo de los pagos periódicos.
Plan nacional de recuperación y resiliencia
El impacto transformador del plan de España es el resultado de una combinación de reformas e inversiones que abordan los desafíos específicos para España. Las reformas abordan los cuellos de botella para un crecimiento duradero y sostenible, mientras que las inversiones se destinan a acelerar la transición hacia una economía más sostenible y resistente al cambio climático. También se pretende mejorar los beneficios de la transformación digital y garantizar la cohesión social.
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